Siempre que un vehículo se detiene repentinamente, los que van detrás corren el riesgo de sufrir un accidente. Incluso si logras evitar chocar contra el auto que está frente a ti, es posible que el que está detrás no frene con tanta rapidez.
Esto podría resultar en una colisión trasera, un deslizamiento lateral cercano, un choque entre varios autos o incluso que usted quede atrapado entre trozos de metal retorcido. Es por eso que los incidentes de frenadas repentinas pueden ser uno de los más peligrosos entre todos los tipos de accidentes de motocicleta.
Por qué las paradas repentinas son más peligrosas para las motocicletas que para los automóviles
- Las bicicletas requieren una distancia de frenado más larga que los vehículos de cuatro ruedas.
- Carecen de los dispositivos de seguridad de los automóviles de pasajeros, como bolsas de aire de impacto frontal, zonas de deformación y un compartimento reforzado.
- Los ocupantes de vehículos cerrados están protegidos por restricciones de asiento que detienen su impulso hacia adelante. Por el contrario, los ciclistas pueden ser catapultados sobre la bicicleta, caerse, resbalar o ser atropellados por otros vehículos.
- El sedán típico pesa más de 4 veces más que la motocicleta promedio. Una bicicleta impactada por la parte trasera resultará en lesiones más graves y mayores daños que un impacto trasero similar entre dos autos.
Los diferentes tipos de escenarios de paradas repentinas
- El vehículo que va delante se detiene repentinamente y usted no tiene tiempo de reaccionar, lo que le hace chocar contra su parte trasera.
- Te las arreglas para evitar golpear al de adelante, solo para ser golpeado en tu trasero.
- Golpea el vehículo delantero. El que está detrás de ti tampoco tiene tiempo para detenerse y terminas aplastado entre los dos vehículos.
- El vehículo que lo sigue lo golpea de lado o lo envía a girar en el carril opuesto, a merced del tráfico que se aproxima.
- Se produce un choque de vehículos múltiples, especialmente en vías de alta velocidad como autopistas.
Posibles lesiones por un accidente de parada repentina
Al impactar el vehículo de delante:
- Daño ocular, nariz rota, estructura facial rota o desfiguración
- Lesión en la cabeza que va desde una conmoción cerebral hasta un traumatismo cerebral
- Cuello roto, lesión de la médula espinal
- Huesos rotos, fracturas, daño en las extremidades.
- Daño de órganos internos
- Cortes, laceraciones, quemaduras o heridas abiertas
Al ser impactado por el vehículo desde atrás:
- Daño al nervio óptico (que puede resultar en una pérdida temporal, crónica o permanente de la visión)
- Heridas en la cabeza
- Latigazo
- Lesión de la médula espinal que puede resultar en parálisis de cuerpo completo o parcial
- Miembros rotos, amputación
- Daño de órganos internos o hemorragia interna
- Erupción en la carretera
Los peligros de una colisión con parada repentina no terminan con el impacto inicial. Al igual que en un accidente de puerta abierta, los pasajeros pueden sufrir lesiones adicionales si hay una reacción en cadena, como voltearse hacia el carril opuesto, deslizarse hacia un objeto fijo o ser atropellado por otros vehículos.
¿Quién es responsable en un accidente con frenada repentina?
Dado que hay una variedad de razones por las que los vehículos pueden detenerse repentinamente, la presunción de responsabilidad se basa en varios factores. Éstas incluyen:
Negligencia – Si el conductor de cualquiera de los vehículos estaba distraído o desatento a la carretera.
Defecto mecánico o fracaso – Esto puede causar problemas con el motor, los frenos, las luces u otras partes del vehículo. Tenga en cuenta que una falla mecánica debido a un mantenimiento inadecuado aún puede considerarse negligencia.
Discapacidad – Si un conductor no estaba en condiciones de conducir en el momento del accidente.
Negligencia contributiva o culpa compartida – Cuando ambos automovilistas tienen la culpa. Por ejemplo, un conductor puede distraerse con el teléfono, mientras que el otro puede estar borracho.
Otros factores que pueden considerarse son los motivos iniciales de la parada, la velocidad, el ángulo de impacto y el historial de conducción de ambas partes.
Cómo evitar accidentes de motocicleta causados por paradas repentinas
- Mantenga una distancia segura
- Las bicicletas necesitan una distancia de frenado más larga que los automóviles, ya que hay menos superficie en contacto con la carretera.
- Conozca la distancia de frenado de su bicicleta y deje suficiente espacio con el vehículo de adelante.
- Manténgase dentro del límite de velocidad
- Cuanto más rápido vaya, menos tiempo de reacción tendrá en caso de una situación de parada repentina.
- Siga el límite de velocidad indicado y permita al menos 2-3 segundos de tiempo de reacción.
- Esté siempre atento a su entorno
- Esté atento a las señales de peligro adelante, como frenado intermitente, chirridos o vehículos que se desvían bruscamente que indican un cuello de botella repentino.
- No confíe solo en las luces de freno; observe otras señales de que el vehículo de adelante puede estar disminuyendo la velocidad.
- Mantenga sus ojos en la carretera y no en su teléfono, cámara o velocímetro.
- Tener un plan de contingencia
- Adquiera el hábito de trazar un lugar seguro para virar en caso de que haya una parada repentina en el frente.
- Practique el frenado de emergencia en un lugar seguro y controlado, para que sepa cómo reaccionar cuando sea necesario.
- Las bicicletas equipadas con ABS tienen menos probabilidades de sufrir un bloqueo de las ruedas y patinar durante una parada de emergencia. Sin embargo, el ABS sigue siendo una característica opcional en los EE. UU., Mientras que se requiere para las bicicletas de 125 cc y superiores en la UE.
Un accidente de frenado repentino puede ser un incidente complejo que involucra a varios vehículos. Si se ve involucrado en un accidente causado por una frenada repentina, consulte con un abogado que se especialice en accidentes de motocicleta, ya sea que golpeó un vehículo o lo atropelló. Un abogado de accidentes de motocicleta puede ayudarlo a reclamar una compensación de la parte negligente, identificar o mitigar responsabilidades y ocuparse del reclamo del seguro.